La producción de ovinos en la provincia de Buenos Aires viene
recuperando hectáreas para expresar su potencial, ya que puede entregar
una rentabilidad con un bajo costo en un corto tiempo, entregando una
carne exquisita y saludable; lo que hace que productores se animen a
incorporarlo en sus establecimientos, y consumidores en su alimentación,
aunque aquí hay un cuello de botella, explico Jorge Masi Elizlade,
productor ovino de 9 de Julio.
Según Masi Elizalde incorporar ovino tiene un alto impacto positivo
sobre el campo, ya que con un buen manejo racional, no dejando que
deprede, es una alternativa que no hay que dejar de lado, ya que a los
cuatro meses de nacido, se puede entregar un animal de 30 kilos vivo y
reporta unos 15 kilos de carne, para ello recomendó no vender en la
época de zafra (diciembre) y esperar a vender en mayo.
El desafío de organizar y potenciar la cadena ovina
Sin embargo en la producción ovina cuyo consumo hoy no es más de 1,2
kg. habitante/año; comenzó una curva positiva de recuperación desde hace
unos 6/7 años a generar un buen interés en los productores, y en ese
escenario aparece una falta de regularización de los stocks de ovejas y
la falta de alternativas comerciales para los productores, expreso Masi
Elizalde quien también es Secretario de Sociedad Rural de 9 de Julio y
Delegado ante CARBAP , donde preside la Mesa de Carnes Alternativas e
integra la Mesa Ovina Provincial desde hace dos años desde donde se
organiza la producción y difunde la Ley Ovina.
En referencia a la inserción de la carne ovina en el mercado
doméstico, Masi Elizalde explico que “no está concentrada la producción,
sino que se distribuye entre miles de productores con majadas chicas;
entonces es imposible armar camiones jaula para enviar a los centros de
faena, que por desgracia están muy distantes unos de otros, y de hecho
la mayoría de los ovinos ´se carnean debajo del sauce ´como dice el
refrán. Tampoco hay frigoríficos específicos donde mandar a faenar los
corderos con todas las reglas y este es el desafío de organizar y
potenciar”, relató.
Para ello ya se cuenta con frigoríficos que antes se dedicaban a la
faena de cerdos, que al tener similitudes con la faena del ovino, están
agregando al ovino en su carta, y junto con la Ley Ovina, ayuda a la
faena de ovinos, pero esto es aún incipiente, ya que arrancó hace 2 o 3
años”.
Respecto del pedido de la cadena de un sistema de certificación de
stock ovino, Masi Elizalde mencionó que “en 2018 la provincia de Buenos
Aires sacó la Resolución 259 que no es más que una solicitud de
regularización del stock ovino y caprino. Consiste en una declaración
jurada en donde los productores pueden declarar su stock en el campo y
registrarlo, para luego poder comercializarlo a algún centro de faena,
pero además no brinda una foto de cómo estamos”, y agrego” que en 9 de
Julio se cuenta con unas 16.000 cabezas de lanares.
En cuanto al stock ovino certificado, hoy en el país hay 15 millones
de cabezas, de las cuales, la mayor parte está en la Patagonia. Está
certificada porque si no, no pueden exportar la lana. En Buenos Aires,
hay 2 millones de cabezas registradas, pero también hay otros 2 millones
que no están registradas, y que son las majadas de consumo chicas. La
gente no las registra porque no lo ven como algo productivo para
comercialización, a pesar de que esos corderos sobrantes se venden”.
El Regional Digital