miércoles, 27 de enero de 2016

La madrina: una persona muy especial.

Cuando estamos embarazadas, esperando un bebé, o cuando el pequeño ya ha llegado a nuestras vidas, a muchas se nos presenta como “urgente y necesario” el decidir: ¿quién va a ser la madrina? Lo cierto es que la figura de la madrina se rescata del resto: a diferencia de tías, abuelas, amigas y primas, la madrina es única, como la mamá.


¿Qué es una madrina?

Estamos acostumbrados a pensar la figura de la madrina desde la religión; aunque si revisamos las diferentes acepciones del término, descubrimos que -en su raíz- este rol comporta una particularidad (independiente de la creencia religiosa) La madrina es una tutora, designada y única, que es llamada para guiar, para acompañar, para cuidar o para educar. En su rol no tiene superiores; es confidente y protectora; brinda apoyo y sostén. La madrina será entonces una persona única en la vida del pequeño, pero si ella accede a este lugar es porque antes lo fue en la vida de la madre.
Cuando una mamá elige a una madrina sabe todo esto: y aunque no haya encontrado las palabras, el proponerle a alguien a que ocupe este lugar en la vida del hijo es toda una declaración de amor y respeto. A la madrina, con su nombramiento, se la está invitando a ser una persona fundamental y especial en cada etapa de la vida que está comenzando. Se la elige entre todas las muejres como la más apta (luego de la mamá, por supuesto) para guiar, educar, sostener y contener al hijo. Si estás por elegir una madrina – y más aun si te han elegido como madrina de un hijo – siempre ten esto en cuenta: no es un rol cualquiera ni un “parentezco inventado”. Ese nombramiento que hoy te hacen, este lugar al que te invitan, tiene tantas responsabilidades como obligaciones… y es uno de los lugares más hermosos que podrás tener en tu vida.

¿Cómo elegir una madrina?

Imagino que quienes no hayan decidio aun es porque piensan en una persona… luego en otra… analizan pros y contras… Piensan demasiado. Las mejores decisiones de la vida no se toman con la cabeza, sino con el corazón.
La elección de la madrina muchas veces se racionaliza excesivamente- pero es mejor sentirla, saber con el alma que es ella. Recordemos que ella es un regalo que le hacemos a nuestro pequeño, incluso un regalo de amor que le hacemos antes de su nacimiento. Un regalo muy valioso. Tu hijo, en su madrina, no sólo encontrará una “mamá suplente” (en su rol de “tutora”). En ella tu hijo podrá encontrar un aliado -pero de tu bando-, un adulto que va a la par. Será una guía de su confianza –y también de la tuya-, podrá hablar cosas que con vos no puede, ya que con ella no le espera nunuca el castigo ni la reprobación – ella sabrá escuchar poniéndose en su lugar-. La madrina es un adulto en quien puede confiar. Y no dejemos de decirlo: para ella, para la futura madrina, también será un regalo invaluable… Ella sabrá que es la primera persona a quien le confiarías a tu hijo, tu ser más amado; ella sabrá que la admirás, que la respetás, que para vos es única.

Lic. Florencia del Rocío contacto@florenciadelrocio.com