Advierten que las plantas no cuentan con profesionales que den
legitimidad a la inspección. “Deberían ponerse en duda las multas que se
realizan por no tener VTV”, señalan.
La Verificación Técnica Vehicular (VTV) es uno de los motivos más
comunes de infracción en la provincia de Buenos Aires: tres de cada diez
vehículos que se dirigieron a la costa atlántica en el último verano
tenían la inspección vencida. Pero, ¿son válidas las multas?
Desde el Colegio de Ingenieros de la provincia de Buenos Aires,
advirtieron que los trabajos que realizan los talleres ubicados en
distintos puntos de la Provincia, carecen de legitimidad, ya que no hay
ingenieros que firmen las actas de inspección, y así, pusieron en duda
la validez de las multas. “Este tipo de plantas, fijas o móviles, deben
tener la firma de un profesional matriculado que le dé validez al
trabajo que se realizó, si no es así, la legitimidad de la VTV está en
duda”, explicó el presidente del Distrito 5 del Colegio, Gabriel Crespi
(MP 46.471).
El ingeniero advirtió que “deberían ponerse en duda las multas que se
realizan por no tener VTV” y sostuvo que “también ante un siniestro
vial las compañías de seguros piden la Verificación Técnica al día para
hacerse cargo de los gastos” por lo que si la VTV carece de validez, el
resto se cae por propio peso”.
La VTV es el control periódico del estado mecánico y de emisión de
gases contaminantes de los automotores. En la provincia de Buenos Aires,
los controles funcionan bajo un sistema de concesión privada con pago
de cannon al Estados provincial y son controladas a través del Ente
Regulador de la Verificación Técnica de Vehiculos dependiente del
Ministerio de Vivienda, infraestructura y Servicios Públicos.
“¿Alguien ingresaría a un hospital donde no hay médicos? Del mismo
modo me pregunto si alguien llevaría a inspeccionar un auto si no hay
responsables idóneos que avalen los trabajos con su firma”, reflexionó
Crespi sobre los profesionales que trabajan en las plantas. Para
advertir sobre el riesgo de los controles, el ingeniero comparó la
situación con una situación personal: “Es como si uno se realiza un
análisis de sangre y los resultados están firmados por el de la mesa de
entradas. ¿Quién me asegura que las pruebas mecánicas que se realizaron
al automotor están bien hechas?” se preguntó.